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EL PODER DE LOS ANTIOXIDANTES (Fuente De la Juventud)

EL PODER DE LOS ANTIOXIDANTES (Fuente De la Juventud)

Todo el mundo quiere envejecer con gracia. Algunos pasan por el quirófano para conseguir esa mirada joven mientras que otros optan por una manera más natural de mantener ese resplandor saludable. La manera de hacer las paces con la edad puede encontrarse en los tipos de alimentos que consumimos y los milagrosos ingrediente naturales que contienen.

Este «milagro» oculto se llama ANTIOXIDANTES. Han adornado las páginas de revistas, revistas médicas y todos los productos de crema para las manos para complementar con  píldoras. Pero, ¿qué son los antioxidantes y qué pueden hacer para mantener su mejor aspecto físico?

Los antioxidantes son: sustancias que combaten el proceso de envejecimiento que se desarrolla en el cuerpo. Ellos no son producidos por el cuerpo por lo tanto para obtener el beneficio de estas potentes sustancias deben ser ingerirlos de fuentes externas, teniendo en cuenta que una gran variedad de alimentos contienen y producen los antioxidantes.

Volvamos al principio. El cuerpo repone continuamente sus células. A través de un proceso llamado metabolismo celular, el cuerpo produce energía, más células y repara cualquier daño. Un subproducto del metabolismo celular se conoce como moléculas inestables también llamadas radicales libres.

Los radicales libres son moléculas que dañan nuestro cuerpo. Son inestables porque en ellas falta un electrón. Para conseguir otro y estabilizarse, los radicales libres roban electrones de las células. Ese robo daña las células en una gran variedad de maneras.

Los resultados son cambios visibles e invisibles (interna y externamente) en nuestro cuerpo. El desarrollo de enfermedades como el cáncer, la diabetes, la artritis y las deficiencias neurológicas pueden comenzar a afectarle a medida que envejece. También, las arrugas más finas de la piel y los huesos quebradizos son un problema. Los radicales libres entran en nuestro cuerpo de fuentes externas también: el humo del cigarrillo, la radiación y los rayos UV del sol. Cuanto más radicales libres nos encontramos, mayor es el daño que pueden hacernos.

Los antioxidantes han demostrado ser de gran ayuda en el problema de los radicales libres. Las sustancias antioxidantes se combinan con los radicales libres y los neutralizan. Una vez neutralizados, ya no pueden hacer ningún daño. Los científicos no tienen ninguna idea sobre la dosificación diaria  recomendada de antioxidantes para corregir el daño de los radicales libres y las enfermedades que vienen con la edad, pero sí saben que comer alimentos ricos en antioxidantes hace una gran diferencia en cómo vivimos.

¿Dónde se encuentran los antioxidantes? Están a nuestro alrededor. No busque más allá del mercado de su plaza o granero local o en el supermercado. Las frutas y verduras contienen las principales fuentes de antioxidantes.

Ejemplos de antioxidantes:

* Vitamina C

* Vitamina A

* Vitamina E

* Luteína

* Licopeno

* Betacaroteno

Ciertos minerales como el zinc y el selenio también funcionan en el cuerpo. No son antioxidantes, sino que aumentan el sistema inmunológico para luchar contra el daño de los radicales libres.

Los antioxidantes también se encuentran en los frutos secos, legumbres, pescado de agua fría, mariscos y carnes rojas. Por lo tanto, comer una dieta variada de frutas, verduras y los alimentos que se acaban de nombrar aumentará la cantidad de antioxidantes en su sistema y ayudar a reducir la incidencia de las enfermedades.

Comer frutas y verduras en su forma natural en lugar de jugos trae el beneficio de otros nutrientes que se encuentran en estos alimentos. Los jugos también contienen una gran cantidad de azúcar que no es necesaria para el cuerpo.

La comida hace más que evitar el hambre. Las sustancias naturales que se encuentran allí pueden hacernos vivir más tiempo y permanecer libres de enfermedades a medida que envejecemos.

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¿ACNÉ?... Cuidado de la piel con acné

¿ACNÉ?… Cuidado de la piel con acné

¿ACNÉ?

El acné se define como una condición enferma de la piel que incluye el cabello y las glándulas sebáceas. Se caracteriza por espinillas, puntos negros y blancos, enrojecimiento y quistes. El acné del rostro puede estropear tu aspecto en gran medida y el acné del cuerpo realmente puede arruinar tu día porque te hace la rutina diaria muy incómoda. Algunas personas tienden a descartar totalmente el tema del ‘Cuidado de la piel con acné’ Teniendo en cuenta el acné como un supuesto problema menor. Sin embargo, la importancia del ‘Cuidado de la piel con acné’ no puede ser declinada en modo alguno.

El cuidado de la piel con acné realmente debe comenzar a tratarse mucho antes de que el acné aparezca. Este cuidado de la piel se trata más sobre ser proactivo que reactivo. Es ser consciente de las medidas preventivas. El cuidado de la piel con acné se mejora o previene siguiendo rutinas diarias con total disciplina.

Así que vamos a echar un vistazo de qué manera se pueden aplicar a nuestro  diario vivir.

LIMPIEZA

El cuidado de la piel con acné comienza con lo más básico – Limpieza. Así que las duchas en la mañana son la forma más básica de mantener la piel limpia. De hecho, mucha gente toma duchas de noche también (que no sólo ayuda a mantener tu piel limpia, también proporciona relajación a tu cuerpo y permite un buen sueño). Si vives en un lugar caliente o húmedo, una ducha de noche se convierte en una necesidad. De hecho, se recomienda una ducha después de cualquier actividad que provoque altos niveles de sudor. Es una eficaz técnica de ‘cuidado de la piel con acné’.

Sin embargo, el cuidado de la piel con acné no se trata sólo con duchas. También es importante usar ropa limpia y dormir sobre almohadas limpias. Además, la ropa demasiado apretada puede causar que el sudor se acumule rápidamente; por lo que se recomienda ropa de algodón muy suave y cómoda, especialmente si tienes acné. En el mismo sentido, también (en el caso femenino) el mantenimiento regular de la brocha de maquillaje y cualquier otro equipo que se utilice en su rostro o cuerpo.

También se debe utilizar un limpiador suave, soluble en agua, sin aceite y libre de jabón para mantener tu rostro, cuello y brazos. La limpieza es la parte más importante de cualquier rutina en el cuidado de piel con acné. Es la forma más fácil y la manera más efectiva de eliminar suciedad, grasa, contaminantes y el exceso de aceite de tu piel; reduciendo así la probabilidad de aparición de acné.

También se recomienda retirar tu maquillaje utilizando un removedor especialmente para este tipo de usos, y esto debe suceder antes de ir a la cama (no en la mañana).  Ten en cuenta que la transpiración corporal igualmente en la noche sigue funcionando, pero con la ventaja de mantener el cuerpo relajado.

Si ya tienes acné, no intente tocar o apretar; esto puede conducir a cicatrices permanentes. El cuidado de la piel con acné aboga por la depuración y la limpieza en la zona afectada, usando un medicamento de venta libre y una almohadilla de algodón suave y limpia. Existen varias lociones y cremas para ayudar en estos casos, sin receta (muchos de estos productos para el cuidado de piel con acné son realmente productos de limpieza). Sin embargo, si éstas medidas de cuidados no te dan los resultados deseados o no notas ningún avance positivo, es necesario ponerte en contacto con un dermatólogo para el asesoramiento de avanzado de este problema.

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